Hace unos días di una sesión bajo este título, más tarde alguien me comentaba que no se entendía bien la idea, así, hablando sin más de los círculos concéntricos de la pareja. Por eso me he animado a escribir sobre eso precisamente ahora que empezamos a abrirnos a esos círculos.
Me refiero a todo aquello que nos va rodeando y nos va ciñendo la vida más y más…y que puede hacer que en un momento dado lleguemos incluso a olvidarnos del epicentro de esos círculos que sois vosotros dos como pareja.
El primer círculo son los hijos. Que consumen nuestro tiempo y energía…además de nuestros recursos a todos los niveles. Está bien, está muy bien que nos entreguemos a ellos, pero sin olvidar que nosotros vamos por delante. Que la unión de la pareja es base fundamental para que ellos dos se sientan seguros.
El segundo círculo lo forma nuestra familia de origen, a quien también procuramos atender. Sobre todo en los momentos de la vida en los que sean más dependientes o vulnerables. Pero sin perder de vista que lo primero sois vosotros como núcleo familiar, desde el minuto cero de la creación de vuestro hogar. Vosotros dos sois el núcleo. Y vuestra familia queda atrás.
No ocurrirá, pero si tuvierais que elegir, la decisión está clara: del lado de vuestra pareja, para que lo siga siendo siempre.
El tercero nuestras amistades, aficiones, relaciones sociales..que evidentemente no desaparecen sino que quedan tamizadas por el otro. Ahora sois dos y las dedicaciones personales de cada uno de vosotros deben ponerse en relación con la vida de pareja y de familia que lleváis, y así articularlas.
En fin, se trataba de incidir en vosotros dos como motor de vuestra vida, como centro de decisiones, como pilar fundamental de todo lo que os rodea, antes de empezar a rodar por esas carreteras.
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