LOS CUATRO PILARES

Con la idea de abordar mañana la sesión sobre los cuatro pilares de la relación de pareja con las familias de CANIGÓ , me detengo hoy a considerar de qué manera estos cuatro pilares fundamentan el modo en el que nos relacionamos en la pareja: comunicación, compromiso, respeto y afectividad.
Puede sorprender que el amor, que es la base esencial de la relación, aparezca en cuarto lugar. No es porque haya seguido un orden jerárquico, sino porque ese amor, para ser amor de verdad pata negra, debe fundamentarse en una comunicación plena entre los dos que les lleve a conectar de verdad, a abrirse el uno al otro, a confiar totalmente y a compartir la vida con la persona a la que se ama.
Será también un amor que pone al otro por encima y por delante de todo y de todos sin dudarlo. Así en esa priorización se manifiesta de manera clara el compromiso que os une a los dos. Eso sí que es una buena forma de manifestar y de expresar el amor por la otra persona. Así que ya vemos que también le hace falta esta pata al amor conyugal para serlo de verdad.
Y por último, ese amor por la otra persona se apoya en un pleno respeto por la persona precisamente, que se traduce en un sentimiento que va mucho más allá: la admiración. Fue la admiración uno de los ingredientes principales en el proceso del enamoramiento. Y es esa misma admiración la que debemos mantener a lo largo de la vida.
Si has perdido la admiración, debes pararte a pensar y probablemente a hablar.
Es posible que se os haya introducido demasiado ruido en el sistema. Necesitáis quizás volver a los orígenes, volver a reconectar, volver a compartir la vida todos los días, volver a tomar conciencia de que él, ella, es lo más importante de tu vida. Sacar brillo, si es que se le ha puesto polvo encima, a esas cosas que admirabas en la persona con la que compartes la vida.
En fin, como veis no es tarea sencilla la de pararse a analizar tu relación de pareja desde el prisma de estos cuatro pilares, pero creo que nos resulta a todos muy recomendable hacerlo, y siempre con una actitud positiva y tratando de restaurar aquello que vale la pena mantener brillante toda la vida.