Si ya hemos hecho el ejercicio de revisar las luces en el salpicadero y hemos descubierto que algunas se nos ha encendido, ahora toca echar el freno de mano, ponerse con detenimiento a mirar el manual de instrucciones del vehículo y a continuación bajarse del coche, levantar el capó, arremangarse y hacer lo que creemos que debemos hacer.
En fin, aplicando la metáfora a la situación de una pareja, la pregunta habitual sería: ¿Por dónde empezar?
En vuestro caso echar el freno de mano quiere decir, detenerse, parar lo que se esté haciendo, y ponerse a hablar en serio tomando conciencia de que no estamos bien. Ese es el primer paso y sin duda fundamental.
Después consultamos juntos nuestro manual de instrucciones, que de algún modo lo llevamos dentro. Quiero decir, que entre los dos debéis hablar de lo que echáis de menos en la pareja, de lo que necesitáis, de lo que debéis cambiar…
A continuación levantamos el capó y empezamos. Quiero decir en este caso concretar lo que vamos a hacer, muchas veces con agenda papel y lápiz, especificando, sin generalidades…
Quizás no sepáis y en ese caso habrá que buscar un taller que os inspire confianza, con mecánicos que conecten con vuestro mundo de valores y principios, esto es también importantísimo. Pero yo os animo a apurar bien esa etapa de mecánicos porque de alguna manera si buscamos bien dentro de nosotros hay un mecánico.
Y en cuanto hayamos aplicado esas reparaciones iniciales, a rodar. A rodar juntos que cuanto antes cojáis un poquito de velocidad más os iréis animando a seguir apretando el acelerador.
¡Manos a la obra!
0 comentarios