Hoy nos toca poner muy en activo eso que sabemos bien aunque a veces se nos ha podido ir olvidando: antes que padres somos pareja. Antes: no sólo en el tiempo sino también en orden de prelación: La elección la hicimos el uno por el otro, ellos vinieron después, si es que han venido y si no nuestra familia queda perfectamente conformada con el compromiso de él y ella. Esto de dejarles detrás, no les ofende nada, al contrario, les da seguridad. El otro día un padre de familia numerosa llamaba a su casa y lo cogía el pequeño de tres años, la conversación transcurrió más o menos así:
“Hola papá.
Hola hijo, ¿cómo estás?
Bien papá.
Oye ¿me pasas con mamá?
A ella le quieres más ¿verdad?
Si hijo, pero eso así está bien.
Vale papá te paso!”
Y a otra cosa. Para ese enano no hay mayor fuente de seguridad y solidez en su vida que ver a sus padres abrazarse. De hecho cuando se abrazan corre y les abraza él las piernas, tratando a veces de colarse entre las de los dos.
En fin, termina aquí el relato de ese padre de familia numerosa… para seguir tratando de esta cuestión tan importante que es que vosotros dos vais por delante. No lo olvidéis: es mucho más importante vuestra relación que vuestra función como padres. Es más, para desempeñar la función como padre de manera óptima es fundamental que estéis bien unidos y cohesionados como pareja. Cohesionados que quiere decir unidos, fundidos, ligados, conectados etc. De modo que ellos a vosotros os vean como una unidad.
Ellos y vosotros, así, ellos y vosotros. No es bueno generar alianzas con ellos que desplacen al otro. Lo que hay que hacer es trabajar mucho y a puerta cerrada la alianza con el otro para presentarse como una coalición indivisible ante ellos.
Nuestros hijos deben vernos como un todo unitario. Casi diría un bloque monolítico.
Bien es verdad que a medida que van creciendo pueden apreciar y valorar las diferencias entre papá y mamá. Incluso será para ellos una buena escuela de cómo lidiar con las diferencias de opinión en la intimidad.
Pero hasta que llegue esa edad de adulto o casi adulto, nuestros hijos deben encontrar en nosotros seguridad, un referente fiable.
Debemos ser conscientes que nosotros como padres estamos siempre en un observatorio para ellos. Nos miran, nos esperan, palpan nuestra unidad, y nuestra falta de unidad.
No perdamos la oportunidad, ejercitemos el diálogo el consenso entre nosotros dos para cerrar ese consenso equilibrado entre vosotros dos.
Pongamos muy en activo eso que sabemos bien aunque a veces se nos puede olvidar: antes que padres somos pareja. La elección la hicimos el uno por el otro, ellos vinieron después. Y así debemos vivirlo siempre, ellos nos lo agradecerán y mucho.
DE VERDAD QUE NO ES TARDE PARA HACER HOGAR!!
Seguíamos con el mismo tema de cómo hacer de nuestro hogar un lugar grato para nuestros hijos, en este caso hablando con padres y madres de chicos y...
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