Últimamente ha salido en varios momentos algo que trato en mi libro Relacionarte y es aquello de:
“No, si yo ya ayudó bastante en casa…”
Y ha habido que volver a explicarle que en su casa él no ayuda. Que quizás ayude a su vecino cuando se le rompa una tubería y se le inunde la cocina y suba a echarle una mano. Porque ni es su cocina ni es su tubería. Pero en casa, tanto él como ella, lo que hacen es trabajar juntos, compartir tareas y responsabilidades para atender un hogar y unos hijos normalmente. Por eso en ese contexto no existe la posibilidad de ayudar sino de asumir cada uno lo que hayan decidido juntos que debe estar en el plato de uno y de otro.
Pero tampoco nos vamos a volver locos con el 50%, el equilibrio entre los dos será el que ellos dos decidan de acuerdo con su situación personal y con todos los factores que cada uno tenga en su momento vital. Y desde luego siempre de común acuerdo y con un respeto y valoración absoluto de uno hacia otro.
Sobre este tema me hicieron una entrevista ligera en Antena 3, os dejo aquí el enlace por si os apetece verlo.
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