Muchas veces las parejas que trato me cuentan que en las vacaciones de verano han tenido poco tiempo para dedicárselo el uno al otro.
Puede parecer paradójico porque es un período del año en el que, en principio, tenemos más tiempo para todo. Pero también es verdad que la salida de la rutina nos hace estar en permanente estado de gestión y organización, de hijos, de amigos, de familiares, del entorno, que si tus padres, que si los míos…
Total, que al final puede ocurrir que él y ella se hayan quedado sin espacios para estar solos y hablar tranquilamente un rato.
No pasa nada.
La rutina ya está aquí de vuelta, volvamos al orden y a los días más o menos previsibles.
Eso sí, tarea importante si todavía no la habéis hecho, es la de determinar cuándo y cómo vais a tener vuestros momentos y vuestras pequeñas escapadas.
Semanal o quincenal… cuidando también el día a día, ese final del día en el que de una vez por todas dejemos de lado las malditas pantallas de todos los tamaños para mirarnos a los ojos y preguntarnos ¿qué tal?
Seguro que ya estáis haciendo cábalas para cuadrar horarios y recogidas de niños, actividades extraescolares y demás ocupaciones; pues insisto que no se os pase por alto incluir también allí vuestro momento, VUESTRA CITA.
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