Ahora que se acerca el 31 de diciembre y que oiremos tanto de balances de final de año, de lo que hemos ganado y perdido…creo que es un buen momento para que nos paremos a evaluar si hemos ganado o perdido en nuestra relación de pareja.
Si le estamos dedicando tanto como pensamos. Si realmente es el activo más importante en nuestra vida…
En definitiva, si de verdad es nuestra prioridad.
Haz la prueba. Piensa cuales son a día de hoy aquellos aspectos de tu vida a los que dedicas mas tiempo, mas energía y empeño. Saldrán unos cuantos. ¿En que posición aparece algo relacionado con tu pareja?
Puedes decirme:
«es que precisamente mi relación no me preocupa por eso no aparece entre las cuestiones de mayor dedicación.»
A lo que te diría que no debemos olvidar que la relación de pareja es de esas relaciones horizontales que hay que mantener vivas siempre. A diferencia de las verticales como las de hijo hacia la madre o el padre hacia el hijo que sobreviven prácticamente solas.
Una pareja se constituye porque los dos quieren y ese querer se debe mantener vivo y saludable por la dedicación y el empeño de los dos día a día.
No podemos caer en aquello de que la cuerda siempre se rompe por el lado más delgado. Y que el más delgado sea el de nuestra relación. Frente a otros cabos más gruesos como puedan ser nuestro trabajo, nuestra prosperidad económica o nuestro éxito en general.
Piensa un poco en esta frase:
» cuando te hayas ido, ni tus clientes, ni tus socios, ni tus colegas te recordaran, solo vivirás en la memoria de tu familia»
Y así es. Pero no por eso vamos a poner nuestra relaciones en el primer puesto de la lista de prioridades, sino porque nos da la gana.
Porque tienes claro lo que de de verdad vale la pena en tu vida.
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