Si tuviéramos que condensar en una única recomendación para hacer de tu pareja una alianza imbatible, yo diría que la clave está en ser la prioridad el uno para el otro. Pero de verdad.
Esto fue lo que veíamos en Peñamayor, (Oviedo )el jueves pasado con un buen número de personas.
Insisto en esto último no por aportar una nota de escepticismo incluso irónico, sino porque realmente a muchas personas a quienes preguntes te contestarían que lo prioritario para ellos es la pareja, la familia… Mucho más esta segunda respuesta, la familia, que debería abarcarlo todo: la pareja e hijos. Pero lo cierto es que el fundamento de la familia es la relación de pareja. Ellos dos son los pilares que sostienen de forma robusta la unidad familiar.
Decía en todo caso que la respuesta sería afirmativa en cuanto a dar prioridad a la pareja, pero eso se tiene que traducir en hechos concretos: dedicación de tiempo, cuidado del otro, compartir lo que cada uno de ellos lleva dentro y tomar las decisiones siempre juntos…y sin duda: Ponerle por delante de todo y de todos. Incluso de nuestros hijos comunes, de nuestra familia de origen, de nuestros amigos y aficiones y por supuesto por delante del trabajo.
Esta es la priorización a la que me refiero de forma extensa en mi segundo libro Relacionarte cuando hablo de los círculos concéntricos que rodean a la pareja y que de algún modo la ponen a prueba, son esos cuatro que nombrado antes: hijos, familia, amigos y trabajo.
Si tanto él como ella anteponen al otro a todos esos círculos concéntricos la pareja será de verdad una alianza imbatible. Y juntos llegarán a mucho más. Efectivamente cuando los dos se apoyan y se respaldan mutuamente, cada uno de ellos llega mucho más y mejor a atender precisamente a sus hijos, a su familia de origen, a sus amigos y a sus responsabilidades profesionales. Puede sonar paradójico, pero os aseguro que es verdad.
¡Juntos somos mucho más fuertes…casi invencibles!
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