Muchos habréis leído los típicos titulares en septiembre que nos cuentan que el número de rupturas de pareja se han disparado después de verano. Como si el descanso, la relajación, dedicarle tiempo a cosas que nos hacen disfrutar más… fuera malo para la pareja. Es obvio que no.
Esas parejas que rompen después del verano, ya estaban rotas antes del verano, y el verse “obligadas” a pasar muchas horas juntos y a veces en espacios más estrechos, ha hecho todavía más difícil su convivencia y a veces en un acto de desesperación claman por la ruptura. Por cierto que ojalá que esa ley de divorcio express que nos vendieron hubiera incluido de verdad como decía en su preámbulo, una fase de mediación que hiciera función de momento de reflexión para la pareja antes de avanzar en su ruptura. Pero en fin continuamos.
La mayoría de las parejas disfrutan del verano y les beneficia. Incluso aquellas parejas que yo trato, que están pasando por un momento difícil, suelen mejorar en verano.
Por eso la reflexión de hoy era: que habéis aprendido como pareja este verano? Qué os ha ayudado más a estar juntos? De qué modo habéis disfrutado mucho más en pareja? Bueno pues eso que habéis vivido en verano es lo que hay que tratar de trasladar al día día del invierno. Las circunstancias serán muy otras, pero en el plano de la relación de vosotros dos, de vuestra conexión, de vuestra intimidad, de la dedicación de tiempo del uno al otro, debería ser bastante parecido.
Os toca a vosotros cortar todas esas ramas que durante el curso se nos van cruzando en el camino y nos impiden ver nuestro propio camino!
No os quedéis con la sensación de que el veraneo es un oasis, asegúrate de llevarte buenas garrafas de agua de ese oasis a vuestro día a día.
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