Ahora que estamos de vuelta al cole, con ciertas incertidumbres… Quería hacer hincapié en algo de lo que hablamos mucho durante el confinamiento: la felicidad se busca y se encuentra en casa.
Han sido semanas y meses de forzada convivencia y reclusión mayor y nos ha dado a todos la posibilidad de explorarnos en un entorno mucho más cercano y con muchas menos distracciones. Nos ha puesto forzadamente delante de nuestra realidad más cotidiana. Y bien, la lección que hemos aprendido es que es allí, en ese entorno doméstico, en esa dimensión como esposo, como padre, como hermano… es allí donde más crecemos como personas, donde más felices podemos llegar a ser.
Y ahora volvemos a la jungla, ¡ojalá que podamos volver y permanecer! Pero que no se nos olvide esto que hemos aprendido. Que no nos arrastre el tsunami del tráfico, las prisas, los correos… O que no nos vaya alejando esa marea lenta pero persistente que poco a poco nos va distanciando en el día día porque nos perdemos de vista.
Por supuesto que ha habido muchas familias que han sido puestas a prueba en esta convivencia, pero también sé que hay muchas otras familias que han tenido la oportunidad de encontrarse más durante el confinamiento y es a ese aprendizaje al que me refiero, el que no hay que perder.
Vuelve al lío, ¡y que nos dure! Pero no olvides que lo que de verdad importa está en casa.
SI NO FLUYE NO VALE LA PENA…
Os dejo aquí una entrevista en la Voz de Galicia
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