Hace cuanto que no tenéis una de esas conversaciones que te dejan lleno, pero lleno de verdad. Habláis lento y tranquilos, dejando que las palabras fluyan desde dentro…vaciando, desaguando, conectando plena e íntimamente. No hay reglas fijas pero estas conversaciones suelen requerir su marco. Es decir, no suelen surgir cuando vais a la carrera a buscar a un hijo que termina una extraescolar, ni mientras veis juntos una serie.
El marco puede ser un largo paseo, una cena serena, un cigarro en la terraza…Momentos en los que os estáis blindando ese tiempo del que hemos hablado ya más veces que os permite hablaros mirándoos a los ojos.
Estas conversaciones son una sobredosis de unión, de implicación y de cercanía. Os hacen de verdad sentiros muy cerca y sentiros muy bien. Las necesitáis. Hacedles hueco, cueste lo que cueste.
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