Todos sabemos por experiencia, que cuando estamos experimentando dolor estamos como replegados sobre nosotros mismos y nos resulta enormemente difícil ponernos erguidos para mirar al que tenemos enfrente a la cara. Por eso nos quedamos enrocados en nuestro dolor que nos impide ver a nuestra pareja y que se transforma con frecuencia en queja.
¿Y qué hacer cuando tenemos delante a alguien que está sufriendo?
Tenemos muy a mano dos herramientas infalibles: la escucha atenta y el abrazo confortante. Para quien nos escucha, haciendo esto no habremos aportado una solución quizás directa a su sufrimiento pero lo que sí que está claro es que se va a sentir mucho más acompañado y se le va a aliviar la carga.
Ahora ya es más fácil hablar, habrá un poco más de serenidad y de capacidad de escuchar al otro. Hasta ese momento el sufrimiento podría haber hecho caer a esa persona en la peligrosa trampa del victimismo que nos lleva tantas veces a considerar que estamos pagando las consecuencias de la mala actitud ajena.
Pero si superamos esa actitud victimista, entonces ya bajaremos el dedo acusador que se dedicaba a señalar al de enfrente como causante y responsable de casi todos nuestros males. Saldremos de ese lenguaje lleno de reproches, que solo lanza acusaciones.
Una vez que hemos recuperado la paz podremos hacer una reflexión y una introspección mucho más fructífera que nos lleve a entender que nosotros cada uno de nosotros somos responsables de lo que hacemos y también, no lo olvidemos de lo que NO hacemos.
Protagonistas y no víctimas; responsables y no acusadores.
Este es un modo mucho más maduro de estar en el mundo.
Este proceso nos lo explican los estudiosos de la teoría del conflicto, pero a mí me parece que tiene mucho de realidad práctica también, porque todos nos hemos visto envueltos en una actitud así en alguna u otra ocasión.
¡Deja de acusar y empieza a pensar en lo que tú puedes hacer mejor!
Pienso que si todos nos planteáramos cambiar en este sentido, nuestro mundo iría muchísimo mejor, y me sale hoy esta reflexión que estamos de elecciones municipales y autonómicas!
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