Es muy frecuente encontrar parejas jóvenes y no tanto, que se desviven por sus hijos, les prestan toda la atención y les dedican toda su energía. Hasta tal punto que nos queda poco para el otro. La demanda exigente de nuestros hijos en términos de tiempo, atención, diálogo, etc. Pueden arrollar e invadir el espacio que es sólo de vosotros dos.
Pongamos muy en activo eso que sabemos bien aunque a veces se nos puede olvidar: antes que padres somos pareja. La elección la hicimos el uno por el otro, ellos vinieron después. Y así debemos vivirlo siempre. Debemos reservarnos siempre un tiempo y un espacio para nosotros dos. Ellos nos lo agradecerán y mucho. Nada puede hacerles más felices, nada puede darles más seguridad.
DE VERDAD QUE NO ES TARDE PARA HACER HOGAR!!
Seguíamos con el mismo tema de cómo hacer de nuestro hogar un lugar grato para nuestros hijos, en este caso hablando con padres y madres de chicos y...
0 comentarios