Ayer estuve en una boda. Y como siempre el rito del matrimonio estremece. Es muy radical, puede resultar excesivo: hasta que la muerte os separe, serte fiel en las alegrías y en las pena, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida…
Realmente ¿hay alguien que pueda estar cien por cien convencido de que va estar a la altura de las circunstancias con semejantes exigencias dentro de veinte, treinta o cuarenta años?
Imposible. Ni siquiera puedo asegurar del todo lo que voy a ser capaz de hacer mañana, como para firmar un compromiso para toda mi vida…
Y esa es la maravilla, que aún no fiándote de ti mismo te entregues por completo a otra persona y le jures fidelidad y cercanía siempre. Al mismo tiempo eres consciente de que es cosa de dos, y que saldrá bien porque los dos vais a poner el alma y el corazón en que así sea.Vais a vivir cada día de forma coherente con ese compromiso.
Es el misterio de la libertad del hombre que decide, porque le da la gana, iniciar un camino y decir que no a muchos otros.
Es poner en juego tu libertad apostando todo a una sola carta.
Es una receta infalible para ser feliz.
EL SECRETO ESTÁ EN PRIORIZAROS…PERO DE VERDAD
Si tuviéramos que condensar en una única recomendación para hacer de tu pareja una alianza imbatible, yo diría que la clave está en ser la prioridad...
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