Yo voy en cuarto lugar

¿Para Carlos? Lo primero el trabajo, después su madre, después imagino que los niños y ya detrás iría yo. Lo tengo clarísimo.

Esto afirmaba Cristina con aire de quien lo tiene muy, pero que muy asumido.

«Vamos a ver, ya no es solo que si sumamos las horas que le dedica su madre, entre llamadas de teléfono y visitas, son sin duda mucho más tiempo del que me dedica a mi, sino que lo peor es que cada vez que ocurre algo, es decir, que mi suegra hace un comentario inoportuno o tiene un gesto poco afortunado conmigo o con alguno de mis hijos, que para mí es peor que si me lo hiciera a mi, Carlos siempre tiene alguna justificación o algún comentario para dejar bien a su madre.
Que me parece perfecto, ¡qué suerte tiene su madre! Ya quisiera yo que me defendiera a mí así y que justificara así cualquier metedura de pata que yo tuviera.”

Hablando con Carlos, él lo tiene claro. En su cabeza está primero su mujer, desde luego antes que su madre, lo que pasa es que luego a la hora de actuar da la impresión de que le tiembla un poco la mano. Por eso cuando me reúno a solas con él, me toca ser muy claro y muy directo:

«Mira Carlos, aunque tú me digas que para ti tu mujer va por delante de tu madre, tienes un problema a partir del momento en el que Cristina se siente totalmente desplazada detrás de tu madre. Por lo que me habéis contado, es necesario que cuando tú percibas que tu madre se está entrometiendo, seas tú el que corte en seco en ese momento la conversación y luego a solas hables con tu madre y le expliques que no puede ser. Que el tipo de comentarios que hace molestan con razón a Cristina y que tiene que dejar de hacerlas porque si no sencillamente no podréis continuar yendo a verles. Carlos, debes tener una posición férrea. Como tú bien sabes ella no va a cambiar en sus formas y en su manera de decir las cosas, pero al menos debe aprender a respetaros más, en particular a tu mujer. Y además insisto debes ser tú el que ponga el cascabel al gato, quiero decir el que deje esto cristalino a tu madre.

A Cristina no le toca lidiar con esta situación, debe ser tú el que protejas a Cristina de verse en semejantes tesituras. Y por otro lado cuando vosotros habléis de estos temas no trates de justificar a tu madre por mucho que el cariño te lleve a comprender, por así decirlo, en tu cabeza sus malos gestos. Tienes que hacerte cargo de lo que suponen para Cristina y tú debes ponerte de parte de tu mujer sin dudarlo. Y además ella debe notarlo.”

En fin, afortunadamente Carlos se hizo cargo y las cosas empezaron a cambiar con lo que Cristina se relajo poco a poco y así le resultaba más llevadero el poder estar en el entorno de su suegra. Gracias fundamentalmente a que se sentía segura y haciendo equipo con Carlos.

¡Muy feliz semana para todos!