Así es, es un cáncer en la relación, pero un cáncer de los que se puede curar como otros hoy en día gracias a Dios.
Cáncer por lo extendido y presente que está. Cáncer por lo grave que es. Y cáncer por los importantes efectos que deja y la lenta curación que tiene.
Cuando abordo una situación de infidelidad, muchas veces hay que actuar en dos fases:
Fase uno: Es el momento en que las llamas del incendio están altas. Es necesario intervenir con decisión. Algunas pautas posibles para la reconstrucción serían:
• Hablar a fondo y dar todas las explicaciones que te pida el otro, por doloroso que sea. Eso si, estas conversaciones tienen que tener un momento en el que se terminen. Habría que marcar como un plazo para preguntar y responder. El que pregunta, lo normal es que no encuentre ninguna explicación, ni desde luego justificación en las respuestas que reciba, por eso transcurridas unas cuantas conversaciones deben cerrar ese tema porque lo único que hará será dañarle a uno y a otro el seguir insistiendo.
• La manifestación de perdón debe ser profunda, desde muy dentro. Que llegue de verdad.
• Establecer una clara línea roja. Para avanzar en el perdón es necesario cortar con la situación o contexto en el que se ha producido la infidelidad. No sirve lo de “tranquil@ que no volverá a ocurrir”.
• Procurar si es posible darse grandes muestras de afecto. Aunque parezca contradictorio suelen resultar un verdadero bálsamo.
Fase dos.
Bajadas las llamas tratarán de ver que estaba pasando en esa relación. Qué quieren cambiar y mejorar. Normalmente no se trata de volver a lo de antes sino caminar hacia una relación mejor.
Paradójico, pero es posible y real. Pueden, no solo recuperarse del cancer sino vivir con mejor salud.
Navegando
Ya desde la antigüedad griega, este pueblo, tan cercano al mar, tenía muy claro que en el amor como en la navegación hay dos modos: Una navegación...
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