Yo sé que tiendo a ser reiterativo, que es una manera elegante de decir que me repito mucho, pero es que hay unas cuantas ideas que son absolutamente fundamentales: una de ellas es que una parte importante del enamoramiento es la admiración ¿verdad?
Nunca te enamoras de alguien a quien no admiras, por eso para continuar con el brillo en la mirada cuando miras a la persona con la que compartes la vida es necesario mantener esa admiración. La cuestión es, no olvidar que lo más admirable de una persona es lo que se descubre solo de puertas adentro. Justo en contra de lo que nos dice el mercado, ese mercado que está hoy más perdido que nunca, en una crisis tremenda… Pero nos empeñamos a veces en someternos a sus dictados, y entonces admiramos esa promoción profesional, ese reconocimiento social, esa subida de sueldo…
Pues bien el sábado, en la sesión inaugural del Master de Asesoramiento Educativo Familiar que imparte Fomento en las Américas, en este caso “estábamos” en Monterrey México, me ví insistiendo mucho en lo importante que es admirar a tu pareja por su paciencia en casa, o por cómo luchar para superar la falta de la misma… Por su dedicación para atender y escuchar a esa hija pesada… Por su generosidad tratando de complacer a todos con lo que prepara… llegué incluso a decir algo así como que debíamos admirar la capacidad de servir, fijaros qué cosa tan rara hoy! Y creo sinceramente que es ahí donde radica lo más admirable del ser humano, en ser capaz de darse y entregarse a los demás, especialmente en casa, y a quien más a tu cónyuge.
Muy feliz semana, semana de servicio!!
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