“Hombre, yo admirarle ya hace mucho que no le admiro, procuro valorar lo que hace y respetarle como persona, pero la admiración hace ya mucho, mucho tiempo que se me cayó…”
Esther se había elaborado su propia tesis que debería justificar el hecho de que ya no admirara a Jose como ocurría antes.
“ Imagino que es lo normal, cuando te enamoras, al principio, tiendes a idealizar a tu pareja y además estás tan en las nubes que justificas prácticamente todo y hasta lo pones en un pedestal, pero después el día a día pone en evidencia todo, lo bueno y lo malo. Y lo malo además empieza a pesar más, a temporadas bastante más…por eso digo que entiendo que es normal que dejes de admirar a tu pareja”
Ya imagináis que me tocó explicarle a Esther que eso no es así. Que la admiración que está presente en el enamoramiento, en eso sí que le di la razón, debe permanecer presente a lo largo de la vida de la pareja. Otra cosa es que cambie, pero que cambie incluso a mejor. Porque al principio admiras quizá lo que más brilla, lo externo, lo que resulta en principio más atractivo, y con el tiempo y pasando juntos por tantas situaciones, pasas a admirar valores mucho más profundos en la persona.
Pero para que todo esto se mantenga, lo más importante es la mirada que tengas hacia el otro.
“ Yo reconozco que cuando le miró me vienen a la cabeza más las cosas que no me agradan de él que las que me agradan. Y por eso claro, mi actitud muchas veces no es precisamente la mejor.”
Esa es la cuestión, que dejamos de tener presente las cosas buenas y nos atascamos en lo que nos molesta del otro, nos ponemos súper exigentes, más bien diría intransigentes y entonces es imposible que pase nuestro filtro, nuestro listón.
Esther, te voy a pedir que hagas una lista de las cosas que te enamoraron de Jose, trata de recordarlas con calma una a una, piénsalas, verás que realmente muchas todavía están presentes y otras se han quedado quizá cubiertas de polvo y niebla. Pero recréate en eso.
Y después, haz tu propio examen de conciencia, piensa en cómo te portas tú con él, piensa en las cosas que echas de menos en él y se sincera contestándote a ti misma si tú haces eso por el.
Quiero decir, es muy normal que eches de menos que sea más cariñoso pero como eres tú de cariñosa?
Haz una revisión autocrítica de tu comportamiento hacia él justamente en esos aspectos que más le criticas, y por otro lado como te decía, recuerda y pone en valor aquellas cosas buenas que te enamoraron y que todavía hoy te gustan de él que seguro que están ahí.
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