Hoy me quiero detener en el pasado. Quiero decir que me quiero centrar en tantas parejas, tantas personas, que se han roto en un momento de su historia y han continuado caminando en su relación de pareja sin sanar aquello que les había roto. Ahora desde el presente miran hacia atrás y se ven poniendo parches, tratando de sobrevivir… Y pueden llegar a caer en la sensación de que ese pasado que no han conseguido sanar les persiguen como una apisonadora que les viene tratando de aplastar desde más o menos cerca o más o menos lejos. Pienso como siempre en singular: en situaciones concretas, en personas concretas, en parejas concretas…
Por favor, no dejéis que vuestro pasado condicione y domine vuestro presente. Pienso que hay que sanar en origen. No estáis predestinados. Hay que tener la valentía de acercarse a lo que pasó, desde una perspectiva actual, con una visión distinta, nueva, más madura, enriquecida por los años y con la apertura del amor que libremente quiere entender más, encajar más aquello, hacerse entender mejor y por fin cerrar esa herida.
Sé que suena muy difícil, pero también creo que es la verdadera salida a este tipo de situaciones en las que nos encontramos incapaces de pasar página. Hay cosas que afortunadamente se diluyen con el paso del tiempo y la acumulación de buenas experiencias positivas del presente pero hay otras que requieren este abordaje. Si te encuentras ahí, te animo a luchar por superarlo y a sanar en origen!
Navegando
Ya desde la antigüedad griega, este pueblo, tan cercano al mar, tenía muy claro que en el amor como en la navegación hay dos modos: Una navegación...
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