Os cuento una conversación con mi amigo Diego sobre el amor para siempre:
«Mira Nacho, si se tiene que acabar que se acabe ¿no? Yo estaré con alguien siempre que seamos felices, ¡no como un yugo que te pones en el cuello y sigues así hasta la muerte estés como estés!”
“Entiendo lo que dices, pero date cuenta de que ese planteamiento pone en peligro el siempre y la felicidad, al mismo tiempo”.
“¿Cómo? No entiendo…”
“Lo que cambia es el enfoque. Si te planteas que podría ir mal, que podría acabar, ya has comenzado
el camino que puede poner fin a la relación. Si lo que te planteas es poner todo de tu parte para que
vaya bien, ¡seguro que irá bien!”
“Es un planteamiento un poco simplón ¿no? No es tan sencillo».
» O si. La pareja cuando nace lo tiene todo a su favor: se quieren, se gustan, tienen ilusiones en
común, proyectos, casi siempre juventud, energía…lo que tienen que hacer es cuidar esa relación para
no perder todo eso que hace de combustible para que la relación tire millas. Y cuidar la relación supone reservarse tiempo el uno para el otro, para hablar y compartir lo que tienen. Tratarse con delicadeza, cultivar la admiración mutua. Darse muestras de afecto siempre en todas sus expresiones…”
“Bueno ya, ¡la pareja perfecta!”
“No Diego, la pareja feliz. Y te aseguro que conozco muchas.
EL SECRETO ESTÁ EN PRIORIZAROS…PERO DE VERDAD
Si tuviéramos que condensar en una única recomendación para hacer de tu pareja una alianza imbatible, yo diría que la clave está en ser la prioridad...
Yo soy Diego y también soy amigo tuyo, pero estoy más de acuerdo contigo q con mi tocayo 😉
Un abrazo