A veces se plantea este binomio como si fuera excluyente o incluso contradictorio.
«Estoy contigo por lo que siento, porque me siento unido a ti, por todo lo que compartimos…»
Me dirás que «!claro, como si acabases de descubrir la pólvora!»
Y efectivamente eso es lo habitual.
Pero ¿qué pasa cuando los sentimientos se nos desdibujan por dentro? Como si se vieran borrosos…
¿salimos de la relación sin más? ¿mantenemos la «farsa»?
Yo veo cada semana en el despacho parejas que pelean porque creen en su relación a pesar de no sentir nada o casi nada de lo que esperarían sentir por su pareja. Creen y quieren, con la voluntad en este caso,pero es que la voluntad, te aseguro que es capaz de resucitar a un muerto.
No se trata de asumir el secano de sentimientos como un status permanente.
No hay que meter el corazón en la despensa en ningún caso, !menos aún en la nevera!
Se trata más bien de pensar y recordar. Buscar dentro y pelear por revitalizar esos sentimientos que ahora languidecen dentro de nosotros.
¿ y por qué?
Pues porque una relación sólida debe sustentarse no sólo en el sentimiento sino también en el compromiso, y el compromiso es lo que da verdadera proyección a nuestra relación, lo que la hace flotar en las tempestades, lo que nos hace apostar por la relación, aún cuando no daríamos dos duros por ella.
Cuantas veces esa travesía en el desierto termina en oasis…
QUE SE SIENTA QUERID@ DE VERDAD
Continuamos con el tema de la semana pasada. Hablábamos de la importancia de cuidar la afectividad como aceite lubricante entre los dos, que hace...
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